El Coronavirus, los Ancianos y los Ciclistas.

LA PANDEMIA, LOS ANCIANOS Y LOS CICLISTAS.

El triaje era muy habitual en la guerra de RIF, a principio del siglo XX,  a los heridos graves se les dejaba morir en el sitio donde caían, fueran soldado u oficiales. Un joven capitán de tropas indígenas, herido en el vientre, observaba tras el combate, como los heridos eran evacuados en una camioneta hasta el hospital de campaña y viendo que a él no le recogían, tendido en el suelo como estaba, llamó a un oficial sanitario, que le dijo: no Paquito no, tu tienes un tiro en el vientre, tú ya estás listo. El joven capitán pensó que era un día soleado y bonito y que no debería morir en un día así; tenía a su lado a su asistente indígena al cual ordenó “coge mi pistola y cuando venga la camioneta otra vez, haz que me suban a la misma”, así ocurrió, el joven capitán se salvó por la costumbre de entrar en combate en ayunas.

Hablando estos días (por chat naturalmente) con un militar amigo, ya en la reserva y que en activo estuvo muy atento a los temas de geopolítica internacional, le pregunté al respecto de la pandemia que nos azota si una potencia “X”  podría haber hecho uso del covid-19 como arma biológica para atacar a su rival.

La respuesta que me ha dado es que ello es imposible, en el sentido de que una vez suelto, el virus es incontrolable, se extiende y acaba afectando a los mismos que lo han soltado; que una situación de suelta voluntaria de un virus en territorio enemigo sólo cabría si quien lo suelta tiene de antemano la vacuna o el antiviral necesario para proteger a su población. A día de hoy, parece que nadie tiene la vacuna ni el antiviral.

La segunda pregunta que le hice fue si cabría la posibilidad de que ,o bien la potencia “X” o bien la potencia “Y”, se auto infectase así misma, concretamente a un  pequeño y localizado segmento de su población en una zona donde el virus fácilmente sería controlado y al mismo tiempo rápidamente exportado al resto del mundo y con ello al enemigo, el cual quedaría desconcertado.

La respuesta fue que efectivamente cabría esa posibilidad siempre que tal potencia tuviese preparado de antemano el antiviral para controlar la infección y las vacunas para evitar la extensión entre su población sana. El virus causaría estragos en territorio enemigo y sería rápidamente controlado en territorio propio.

Otra pregunta fue, si sería posible que la potencia “X” o “Y” tuviera en su seno un lobby poderoso, al margen del poder oficial del Estado, interesado en la expansión del virus.

La respuesta fue, puesto que la potencia “Y” es un estado monolítico, ello no es posible, pero que en cambio existe desde hace tiempo  en la potencia “X” un lobby globalista,  con lealtades distintas al resto de la población del territorio en el que habitan puesto que su negocio es el mundo entero: hoy invierten  aquí, mañana invierten allá, y pasado mañana acullá, pero siempre donde su dinero rente y sin ninguna lealtad hacia los territorios y las poblaciones que explotan, de manera que este reducido grupo de personas vienen a formar un Estado dentro del Estado que se oponen al grupo mayoritario al  que podríamos llamar “grupo patriótico”, grupo de personas con lealtades a su territorio y su comunidad económica y cultural y que cree que la globalización les ha perjudicado, que los capitales y las fábricas que han salido de la potencia “X” tienen que volver a la potencia “X”. 

El lobby globalista es muy fuerte, puede influir decisivamente en la elección del Jefe del Estado y están molestos con el Presidente actual que no es de su cuerda. Este lobby que está constituido por pocos pero grandes multimillonarios, a los que las fronteras les molestan y las necesitan abiertas para poder multiplicar sus riquezas. Este grupo lleva ya unos años invirtiendo ingentes sumas en la compra de laboratorios farmacéuticos y en la investigación sobre vacunas, por lo que es muy probable que esta gente tenga ya la vacuna y el antiviral y para el invierno que viene, cuando repunte el virus, puedan ponerlos a la venta con pingües e incalculables beneficios; pueden incluso restringir suproducción y decidir a qué país venden y a qué país no, qué país se salva y cual es diezmado.

Preguntado si es posible que la pandemia que sufrimos sea originada por mera casualidad.

La respuesta es que ello no es posible puesto que este el virus es selectivo. Ya sabemos que los virus atacan a las personas bajas de defensas, esto siempre ha sido así, a una persona sana y bien alimentada el virus posiblemente la respetará, cosa que posiblemente no hará con una persona sana pero baja de defensas.

Efectívamente este virus tiene una peculiaridad que no la crea la naturaleza, este virus se ceba en los ancianos y en personas no ancianas pero enfermas, personas que ya no son productivas y que sin embargo constituyen un gasto enorme en salud para el Estado.

De hecho hice un experimento goebelsliano al principio de la crisis cuando la gente me preguntaba mi opinión sobre el virus yo respondía diciendo:

-Tranquilos esto sólo afecta a los ancianos y a los ciclistas.

Y todos, todos, repreguntaron inmediatamente. ¿y los ciclistas por qué?.

Luego yo les decía, vaya, te parece normal lo de los ancianos.

El virus tiene una intencionalidad: no sólo mata el cuerpo, sino que atenta contra  los principios morales  y éticos de nuestra sociedad, que ya no volverán a ser los mismos.

Al recurrir al triaje, que la situación de emergencia y falta de medios posíblemente ha hecho necesario, todos hemos aceptado como asumible el principio que, a partir de cierta edad, los ancianos, las personas,  son prescindibles.

Como decimos los abogados, el precedente ha quedado establecido y la sociedad lo ha aceptado, a partir de aquí se abre la veda de los triajes.

¿Quiénes serán la siguiente categoría de  descartables?.