José Mª Torras Coll
Distopía orwelliana
A estas alturas, con más de un mes de confinamiento y con un incesante número de fallecimientos por el Covid 19, pocos pueden cuestionar la imprevisión y la ineficacia de un Gobierno soberbio y autocomplaciente que elude cualquier crítica y, no contento con ello, pretende imponer una censura informativa en los medios de comunicación. Es decir, amordazar y laminar la opinión crítica de quienes osen discrepar de esa nefasta gestión.
Los ciudadanos no queremos aparatos de propaganda ministerial, ni Ministerios de la Verdad, ni lisonjeros discursos, sino transparencia, respuestas veraces y soluciones reales, eficacia y seguridad. No evasivas ni inoportunos sondeos tendenciosos e ideologizados ni intoxicaciones demoscópicas. Los políticos no afrontan con responsabilidad y sentido de Estado esta pandemia.No han aprendido nada. En estos momentos tan duros y dramáticos deben anteponer el interés común, la salud y la vida de todos y no enfrascarse en egoístas y estériles posicionamientos partidistas y electoralistas.
El estado de emergencia -que más bien parece un estado de excepción encubierto-, por la entidad e intensidad de la afectación de derechos y libertades, no puede servir de coartada para dar rienda suelta a intervencionismos que pongan en cuarentena la libertad y la democracia ni para desmantelar la arquitectura constitucional ni para comprometer de forma irreversible el estado del bienestar.
José María Torras Coll
Sabadell (Barcelona)