En una incesante escalada de precios de la electricidad, sin precedentes, batiendo récords desconocidos, salta la chispa del anuncio, según el cual, el tertuliano y defenestrado socialista, Antonio Miguel Carmona, será nombrado vicepresidente del Consejo de Administración de Iberdrola España. Es decir, de una estratégica empresa del sector energético.
Una vez más, se abre la codiciada pasarela de las puertas giratorias. Metafórica expresión con la que se designa de forma coloquial el hecho de que un alto o significado cargo público se marche a trabajar a una empresa privada, obteniendo beneficio o ventaja de su anterior ocupación pública, produciendo conflicto de interés entre la esfera pública y la privada, en beneficio propio y en perjuicio del interés público.
Es esa práctica del «pasillismo» tan arraigada en este país que escandaliza a los ciudadanos y que protagonizan compañías que producen bienes estratégicos y de primera necesidad. Es legal, y, lamentablemente, habitual, pero desde luego no es ética ni estéticamente presentable.
Sirven para entrar y para salir. 
Por enésima vez se extiende una viscosa mancha de fundada sospecha acerca de esa suerte de simbiosis, en forma de estrechos contactos, entre los políticos y determinados sectores empresariales que genera recelo y hasta provoca indignación en la ciudadanía en cuanto a los tratos de favor y posible tráfico de influencias. Asoma la delgada línea roja que no debe traspasarse en las relaciones entre el lobby y la Administración pública integrada por quienes la representan.
A estas alturas, y, con la que está cayendo, la noticia produce sonrojo y enorme irritación.
Urge legislar para poner coto a tales prácticas, supervisando las incompatibilidades y los períodos de carencia, evitando que se enturbie la imagen y reputación de quienes se prestan a tales trasvases – que la hemeroteca nos desvela que integran una lista interminable-, especialmente, en momentos tan delicados en que se cuestiona la toma de decisiones del poder ejecutivo referidas precisamente a empresas que abren sus puertas a militantes políticos y en que se conocen tristes datos del aumento de la pobreza severa en nuestro país.
José María Torras Coll
Sabadell
INITINERE 