El arroz, esa gramínea que durante milenios ha sido el sustento de los pueblos de Extremo Oriente, equivalente a lo que en Occidente ha representado otra gramínea, el trigo, o en América la tercera gran gramínea, el maíz.
Hoy, la humanidad puede acceder a alimentos que en otros tiempos sólo se encontraban en zonas lejanas de Oriente (los garbanzos, las lentejas, el mismo arroz). Pensemos que hasta el descubrimiento de América, alimentos que nos son tan comunes hoy como la patata, el tomate o el plátano eran completamente desconocidos en Europa.


En una medida no despreciable somos lo que comemos. Un población bien alimentada es una población sana y contenta.
En «hoy comemos en casa» tenemos arroz con marisco pequeño.
INGREDIENTES:
Un buen arroz, naturalmente, preferible que sea del Delta.
Cigalas, gambas, mejillones, calamarcitos y almejas.
Fumet de pescado.
Cebolla (poca), pimiento rojo y pimiento verde, ajo, azafrán en hebra, tomate natural triturado y guisantes.
HACEMOS:
En una cazuela ponemos un poco de aceite de oliva suave y se pasan las gambas y las cigalas, los mejillones, los calamarcitos y las almejas, y todo ello se reserva aparte.
Se añade a la cazuela la cebolla y el tomate triturados, el pimiento rojo y el verde cortados a trocitos, los guisantes y un ajo con su piel y se deja al fuego lento durante 15 minutos, pasados los cuales se añade a la cazuela el arroz y el fumet de pescado bien caliente, dejándolo todo a cocción normal durante otros 15 minutos.
A continuación se deja en reposo 5 minutos más y se le añade unas hebras de azafrán junto con las gambas, cigalas, mejillones, calamarcitos y almejas, que teníamos reservados y ya lo tenemos.
Las rodajas de limón son optativas y como acompañamiento nada mejor que una buena copa de vino blanco.
Un plato riquísimo para estos días intempestivos hasta el extremo de querer repetir. Nunca darlo directamente a los güiris, que acostumbrados como están a la paellador de los restaurantes de las Ramblas de Barcelona, un plato auténtico como éste les puede suponer a ellos algo así como una sobredosis.
A la mesa y buen provecho.