Se tarda un tiempo en hacerlo pero el resultado es inmejorable


Aquí lo tenemos, a punto de salir del horno y emplatar. La foto no es muy buena, pero la carne resultó bien pasada y muy sabrosa.
Ningún secreto, sólo la pata de cabrito, unas patatitas, algo de cebolla y un poco de dedicación, todo ello regado con un buen chorreo de coñac (cualquiera vale), y se siente uno el hombre mas feliz del mundo.
Ojo con el animalito, que de pequeños son muy graciosos, pero cuando crecen les cambia el carácer y en todo pasan del diminutivo al aumentativo.
Tras un plato así, si uno es capaz de comerlo entero, patatitas incluídas y acompañado con un buen vino tinto, p.e. un ribera de duero, es aconsejable hacer una buena siesta y dejar el ejercicio físico para otro momento.
A la mesa y buen provecho.