Una final memorable, de ensueño. Un partido trepidante. Emoción a raudales.
El anhelado sueño de Messi se hizo realidad tras una vertiginosa igualada épica de Francia, con la electrizante y descomunal actuación de Mbappé que estuvo sublime, exuberante, con su hattrick.
Se libró una batalla entre dos gigantes con una prórroga agónica, maravillosa y una dramática tanda de penaltis con la soberbia actuación del arquero argentino, Dibu.
El segundo gol de Argentina fue una auténtica obra maestra. Sin duda, la mejor jugada al contragolpe del Mundial. Una meteórica combinación de velocidad y precisión con una preciosa finalización de libro, culminada con el gol de Di María, que quedará grabada para siempre en la retina de los espectadores.
La Albiceleste consiguió la copa del Mundo con todo merecimiento. Un título agónico de una Argentina liderada por D10S en un apasionante duelo colosal entre Messi y Mbappé.
El astro rosarino tocó el cielo. Rubricó un palmarés histórico, imborrable. Marcó en octavos ,en cuartos, en semifinales y, en la final, logró un doblete. Y en la semifinal, la Pulga, nos deslumbró con una jugada estratosférica, niquelada en la memoria.
Las lágrimas de emoción y de inmensa felicidad de Messi son las de una Argentina desbordada por su pasión. Argentina hizo un mundial extraordinario. Fue elegido mejor joven del campeonato, Enzo Fernández, mejor jugador del torneo, Lionel Messi y mejor portero, Dibu.
Argentina estalla de júbilo. El éxtasis inunda las calles de Buenos Aires.
Sobró la vestimenta que le puso el emir de Qatar buscando protagonismo. Esa capa negra, símbolo de la realeza, estilo y elegancia que cubrió la camiseta albiceleste al alzar el capitán el trofeo.
El mito superó a su propia leyenda. Estaba escrito en las estrellas, Messi ingresó con todos los honores en el Olimpo del fútbol y abrazó a Maradona.
Messi eterno.
José María Torras Coll
Sabadell
INITINERE 