No me mires,
que miran
que nos miramos,
y verán en tus ojos
que nos amamos.
Uno de los grandes aciertos del Cristianismo es la asunción y adaptación como propias de fiestas y tradiciones paganas. En ocasiones anteriores hemos hablado de los solsticios, el de verano (San Juan) y el de invierno (La Navidad); hoy hablamos de la festividad de San Valentín, conocida como el día de los enamorados, fiesta eliminada del calendario litúrgico en 1965 por el Papa Pablo VI durante el Concilio Vaticano II.


El origen de este día se remonta a la antigua Roma, sobre el 15 de febrero se celebraban las «fiestas lupercales» dedicadas a la fecundidad; cada año los lupercos, en su origen adolescentes que durante el tiempo de su iniciación a la edad adulta sobrevivían de la caza y el merodeo por el bosque, tiempo que era considerado un tiempo sagrado y transitorio de la adolescencia a la edad adulta, donde los jóvenes (los lupercos) se comportaban como lobos humanos, reuniéndose en el día señalado en una gruta llamada Rumial, en honor de Rómulo y Remo, en el monte Palatino, donde dice la tradición que se fundó Roma cuando el Fauno Luperco, tomando la forma de una loba, Luperca, había amamantado a los gemelos, después de que las raíces de una higuera hubiesen detenido la cesta en cuyo interior se encontraban los críos, en cuyo honor se hacía la fiesta.
Bajo la sombra de la venerable higuera daba inicio una ceremonia mediante la cual un sacerdote inmolaba una cabra para, a continuación, tocar la frente de los lupercos con el cuchillo teñido con la sangre del sacrificio, borrando seguidamente la mancha con un mechón de lana impregnada en leche de la cabra sacrificada, momento en que los lupercos prorrumpían en una carcajada ritual y desnudos iniciaban una procesión llevando tiras de piel de la cabra inmolada con las que azotaban manos y espaldas de las mujeres que encontraban en el camino de la procesión dispuestas a ser parte de la ceremonia que no era sino un ritual de fecundidad y un acto de purificación llamado frebuatio.
Sobre esta fiesta pagana la Iglesia católica, como contrapeso, estableció la de San Valentín, el 14 de febrero, en conmemoración del concepto universal del amor y la afectividad.
La versión histórica cuenta que San Valentín casaba a soldados romanos con sus prometidas en las mazmorras de las cárceles del Imperio en los tiempos en que el cristianismo estaba prohibido por el emperador Claudio II, que al enterarse de la actividad del Santo, mandó capturarlo y traerlo frente a él para que se excusara; al parecer, Claudio no tenía más intención que sólo reprenderlo y desterrarlo, pero por influencia de otros altos funcionarios mandó decapitar a San Valentín.
En los días que estuvo esperando en prisión para su ejecución vio que la hija del juez de la prisión era ciega, y San Valentín le regaló un papelillo a la joven para que lo leyera. Ella, sin entender el motivo, abrió el papel y por primera vez logró ver y lo primero que vio era una frase que decía «Tu Valentín» como forma de despedida. En este relato, que algunos historiadores dan como verdadero, se asegura que Valentín se llegó a enamorar de la joven por lo cual su simbolismo como santo del amor fue mayor.
La Iglesia católica, ya como religión oficial de Roma y con el papa Gelasio I como líder, buscó una forma de hacer desaparecer la celebración de las lupercales sin que la población protestase y escogió la vida noble de Valentín para que representase el amor entre humanos, con fecha el 14 de febrero del nuevo calendario gregoriano.
Desde el punto de vista popular la fiesta de San Valentín es interpretada como una oportunidad de celebrar el amor y el cariño, independientemente de la religión que se profese, permitiendo que la fiesta llegue a lugares donde no se practica el cristianismo y donde ni siquiera están presentes las costumbres occidentales. Actualmente el mismo nombre de ‘día de San Valentín’ se llama también día de los enamorados o día del amor y la amistad.
Existen diversas teorías sobre por qué se escogió el 14 de febrero como Día de los Enamorados, una de ellas es que es durante estas fechas cuando se emparejan y aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea desde muy antiguo como un símbolo de amor y de procreación.