Se trata de una herramienta de inteligencia artificial que ha irrumpido con fuerza en el sector de la educación e impactado en el jurídico profesional.
ChatGPT destaca por su utilización del lenguaje. La máquina puede redactar textos, escribir canciones, poemas o chistes, explicar sucesos históricos, hacer traducciones, definir y explicar conceptos, incluso puede dar consejos. Puede dar consejos, por ejemplo, sobre cómo hacer vídeos exitosos en TikTok o sobre qué móvil comprar según sus características.
Su objetivo es generar textos de alta calidad. Tiene sus partidarios y detractores.
Lo aconsejable es actuar con cautela.
Esa revolucionaria herramienta, sin duda, tiene utilidad para realizar tareas mecánicas, pero requiere del control y supervisión de un experto que detecte sus errores e imprecisiones. No es infalible a la hora de responder a las preguntas de la comunidad.
Alberga un gran potencial si se usa como medio para el aprendizaje, pero nunca como un fin.
Ventajas, como la de utilizar esta herramienta para redactar planes de proyectos creativos, lo que da alas y potencia el talento, como si uno tuviera un cerebro más. Ahorra tiempo en la ejecución de proyectos. Se convierte en un valioso instrumento de competitividad en una sociedad en la que el mercado laboral es sumamente exigente y premia la celeridad.
Los chats de Inteligencia Artificial están empezando a ser usados para definir planes de producto, planes de proyecto y para crear contenidos a nivel de presentaciones y correos electrónicos y mensajes para clientes. Sirve para mejorar el rendimiento.
Sus principales inconvenientes, que el alumno o jurista no desarrolle su sentido crítico y analítico. Que se use para fines desviados. Que se convierta en un dique a la creatividad e innovación. Puede comportar la supresión de determinados puestos de trabajo.
Indudablemente, la inteligencia artificial ha llegado para quedarse y provocará una disrupción en nuestra sociedad.
José María Torras Coll
Sabadell
INITINERE 