JOSE MARIA TORRAS COLL
Las repercusiones del coronavirus.
La pandemia del Covid-19 va a producir muchos y profundos cambios en todos los órdenes, en el sanitario, en el económico, educativo, social, laboral, cívico, relacional. El obligado confinamiento decretado por el estado de alarma afianzará, sin duda, el uso de internet, potenciará la conectividad e instaurará definitivamente el teletrabajo en el mundo laboral. El acceso remoto y el uso de aplicaciones fomentará las reuniones virtuales, creando entornos digitales operativos. Ello evitará la movilidad, los desplazamientos que congestionan el tráfico rodado y repercuten en el cambio climático. Se aliviarán y descongestionarán las aglomeraciones en los transportes colectivos con la reducción de las emisiones contaminantes.
No será imprescindible, por tanto, desplazarse a diario a la oficina o al puesto de trabajo radicado, usualmente, en la capital o núcleos de concentración urbana de alta densidad poblacional. Se tomará consciencia del ahorro de tiempo, de la necesidad de conciliar la actividad profesional con la dedicación a la familia.
Y puede que esa España rural, la olvidada, la vaciada, progresivamente, se vaya llenando de nuevos vecinos que apuesten por los espacios naturales saludables, aprovechando las ventajas del entorno virtual y para ello será menester activar políticas que posibiliten esos nuevos escenarios, como asegurar que las redes de fibra óptica lleguen a todas partes, para garantizar, en todo momento, la máxima conectividad y dotar de recursos, de supermercados, escuelas, farmacias, seguridad, sanidad y abastecimiento y demás servicios suficientes a esas poblaciones que recibirán a sus nuevos moradores. Se producirá una profunda transformación en nuestra sociedad con incidencia en la escala de valores, en la concienciación ecológica, ética, en las relaciones humanas.
El futuro lo confirmará o desmentirá.